Lejos de ser el color un medio para demostrar la vida y la alegría, en algunos casos se convierten en una poderosa arma para sofocar protestas, rebeliones o levantamientos populares.
Pongo a continuación el artículo que relata el uso de los colores que se extrajo del sitio web llamado Deconcrete pero felizmente traducido por Remedios en Flores en el Ático.
“durante los disturbios contra el Apartheid en Ciudad del Cabo, Sudáfrica 1989, agua mezclada con tinte de color fue arrojada contra los manifestantes, a partir de entonces, la lluvia púrpura se asocia con toda una estrategia para luchar contra los alborotadores urbanos.
Esta arma inició una nueva forma de represión psicológica y localizadora. Los camiones de agua a presión llevaban un tanque adicional de pintura que se mezclaba con agua cuando se apretaba el botón de inyección. este sistema de agua coloreada a presión no sólo hacía retroceder a los manifestantes sino que también los marcaba con etiquetas de humillación y ridículo, como una forma de castigo.
Además, las autoridades podían controlar sus movimientos con mayor facilidad, identificarlos y detenerlos al salir de la zona de conflicto, cuando trataban de camuflarse en las áreas circundantes. Sus cuerpos coloreados se convertían automáticamente en la exhibición pública de sus pensamientos.
La mayoría de los casos en los que se roció color se trataba de complejas realidades políticas, donde la gente está claramente dividido entre aquellos que sustentaban el poder y aquellos sometidos a él. Obviamente este sistema, era importante para detener los disturbios pero era aún más relevante para hacer un seguimiento de desobediencia y evitar la amenaza de un levantamiento general”.
Como lo dije anteriormente, el artículo lo saqué integramente de aquí.
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