Elegí la Navidad para empezar este camino nunca antes recorrido, el de relatar las estrellas fugaces de hechos que veo por las calles.
La flor de coco es, a parte de su dulzón y penetrante aroma que lo caracteriza, un símbolo de las navidades paraguayas. Florecen del mbokaya mata pero más pareciera que germinan del suelo o de los semáforos, nadie parece darse cuenta de que su belleza radica en verlas colgadas de sus copas que se derraman como verdaderos fuegos artificiales.
No estoy en contra de los que quieren llenar de su embriagante olor paraguayo sus pesebres o sus casas, pero cuando voy por las calles a distender la mente me encuentro con los vendedores de flor de coco, me doy cuenta de los cientos de cocoteros que en el año no tendrán frutos. Es triste también ver como de estas flores las que no se venden van a parar en las bases del cordón de la vereda o amontonadas en un baldío, ya que sólo duran unos días y despues ya no están aptas para la venta. Espero que siempre hayan cocos en las navidades venideras o tendremos que poner a nuestro mbokaya poty entre las especies en vías de extinción.
Mientras me iré a dos cuadras de mi casa a pasar frente a la casa de Doña Perla que tiene en su patio un hermoso cocotero con flores cuya fragancia se huelen hasta la media cuadra.
FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!!!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario